Ser mitad hombre y mitad caballo. Centauros, raza de monstruos que, según se creía, habitaban las regiones montañosas de Tesalia y Arcadia. Se los representaba habitualmente con forma humana de la cabeza a la cintura, y con el bajo vientre y las piernas de caballo. Los centauros se caracterizaban por su ferocidad y violencia; su representación en los frisos y metopas del Partenón de Atenas evocan esa imagen de feroces combatientes. Se los conocía también por su estado de embriaguez y por su lascivia, y aparecían retratados a menudo como seguidores de Dionisio, el dios del vino. Se los expulsó de Tesalia cuando, en un estado frenético de embriaguez, intentaron raptar a la novia del rey de los lapitas en su propia fiesta de boda. Una excepción a estas criaturas desenfrenadas fue el centauro Quirón, quien se destacó por su bondad y sabiduría. Educó a varios héroes griegos, entre ellos Aquiles y Jasón. CENTAUROS.- Los centauros eran hijos de Ixión, rey de Tesalia que había tenido la audacia de desear a Hera, y de una nube creada por Zeus a imagen de la diosa. Son unos seres mitad hombre y mitad caballo que viven en la naturaleza agreste; se alimentan de carne cruda y cazan a sus presas armados de palos y piedras. Sus costumbres suelen ser brutales, sobre todo en relación con las mujeres y cuando están bajo los efectos del vino.
Invitados a la boda de Pirítoo, rey de los lapitas, se emborracharon e intentaron violar a la novia y a las mujeres que habían asistido a la ceremonia. Los lapitas consiguieron vencerles en un terrible combate y los expulsaron de Tesalia. La batalla de los centauros y los lapitas es un motivo frecuentemente representado en los templos y simboliza el triunfo de la civilización sobre la barbarie.
El centauro Neso intento violar a Deyanira, esposa de Heracles, quien persiguió al ofensor y consiguió atravesarle con una flecha. Antes de expirar, Neso convenció a la crédula joven de que recogiese su sangre y se sirviese de ella como un filtro de amor. Deyanira, convencida de que así conservaría para siempre el amor de su esposo, le ofreció una túnica que había teñido con la sangre del centauro. Cuando Heracles se la puso, ésta se pegó a su cuerpo produciéndole tan atroces quemaduras que llevaron al héroe al suicidio. La tradición ha conservado el nombre de otros dos centauros: Folos, que ofreció a Heracles una generosa hospitalidad, y Quirón, famoso por su ciencia y su sabiduría, a quien se confió la educación de Aquiles. Ambos ilustran el polo positivo de estos seres míticos caracterizados por su ambigüedad, que asocian una parte de animalidad, por lo tanto de naturaleza, y otra de humanidad, es decir, de cultura. Seres con cabeza, tronco y brazos humanos, pero el resto del cuerpoeran de un caballo. En las primeras narraciones se los describen "como una raza de gigantes con el cuerpo competamente cubierto de pelo, que habitaban en los montes y selva de Tesalia y llevaban una vida ruda y salvaje, raptando a veces a mujeres y recorriendo el país como animales".
Invitados a la boda de Pirítoo, rey de los lapitas, se emborracharon e intentaron violar a la novia y a las mujeres que habían asistido a la ceremonia. Los lapitas consiguieron vencerles en un terrible combate y los expulsaron de Tesalia. La batalla de los centauros y los lapitas es un motivo frecuentemente representado en los templos y simboliza el triunfo de la civilización sobre la barbarie.
El centauro Neso intento violar a Deyanira, esposa de Heracles, quien persiguió al ofensor y consiguió atravesarle con una flecha. Antes de expirar, Neso convenció a la crédula joven de que recogiese su sangre y se sirviese de ella como un filtro de amor. Deyanira, convencida de que así conservaría para siempre el amor de su esposo, le ofreció una túnica que había teñido con la sangre del centauro. Cuando Heracles se la puso, ésta se pegó a su cuerpo produciéndole tan atroces quemaduras que llevaron al héroe al suicidio. La tradición ha conservado el nombre de otros dos centauros: Folos, que ofreció a Heracles una generosa hospitalidad, y Quirón, famoso por su ciencia y su sabiduría, a quien se confió la educación de Aquiles. Ambos ilustran el polo positivo de estos seres míticos caracterizados por su ambigüedad, que asocian una parte de animalidad, por lo tanto de naturaleza, y otra de humanidad, es decir, de cultura. Seres con cabeza, tronco y brazos humanos, pero el resto del cuerpoeran de un caballo. En las primeras narraciones se los describen "como una raza de gigantes con el cuerpo competamente cubierto de pelo, que habitaban en los montes y selva de Tesalia y llevaban una vida ruda y salvaje, raptando a veces a mujeres y recorriendo el país como animales".
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