En uno de sus fabulosos viajes a tierras de Poniente, en el que Heracles robó al propio Sol el tazón en el que éste reposaba durante el viaje nocturno de regreso a Levante, debió el héroe enfrentarse al monstruo Gerión (su décimo trabajo), que habitaba en la isla Eritia, junto al Océano. Gerión tenía tres cuerpos humanos con sus correspondientes tres cabezas y seis brazos, unidos por el vientre, siendo tenido por uno de los seres más fuertes y despiadados del mundo. La misión de Heracles consistía en apoderarse de unos descomunales bóvidos rojos sin pedirlos ni pagarlos. Los bueyes estaban custodiados por el pastor Euritión y su terrible perro bicéfalo Orto. Se libró feroz combate, primero con flechas y luego cuerpo a cuerpo, y dado que el mosntruo al enfrentarse con el héroe renunció a su inmortalidad, éste pudo vencerle y apoderarse de las reses que enseguida llevó ante el cobarde Euristeo, rey de Argos, y primo suyo.
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