viernes, 25 de septiembre de 2015

MITOLOGÍA GRIEGA: NIOBE






Transformada en fuente por Zeus, constituye la representación de la madre dolorosa que llora la muerte de sus hijos. Se casó con Anfión al que dio 7 hijos y 7 hijas. Era nieta de Zeus y de Atlante. Apolo mató a todos los hijos de Niobe menos a Amiclas y Artemis mató a todas las hijas excepto a Melibea llamada también Cloris. Níobe, en la mitología griega, hija de Tántalo y de la reina de Tebas. Su marido, el rey Anfión, era hijo del dios Zeus y un gran músico. Níobe le dio seis hijos y seis hijas muy bellos. Aunque era feliz, Níobe reveló la misma arrogancia hacia los dioses que había demostrado su padre (véase La casa de Atreo). Dispuso que el pueblo de Tebas le rindiera culto a ella en lugar de a la diosa Leto, que sólo tenía dos hijos. Los dioses oyeron sus palabras desde el remoto monte Olimpo y decidieron castigarla. Los hijos de Leto, Apolo, dios de la profecía y hábil arquero, y Ártemis, diosa de la caza, dispararon sus flechas y mataron a los hijos de Níobe. La desconsolada Níobe se convirtió en una piedra que permanece siempre humedecida con sus lágrimas. Hija de Dione y de Tántalo, rey de Sípilo en Lidia. Hermana de Pélope y de Bróteas. Se casó con Anfión, rey de Tebas. Juntos tuvieron siete hijos: Sípilo, Eupínito, Ismeno, Damasictón, Agenor, Fedimo y Tántalo; y siete hijas: Etodea, Cleodoxa, Astíoque, Ptía, Pelopia, Asticratía y Ogigia. Aunque catorce es el número más aceptado, existen autores que discrepan en el número de vástagos concebidos. Cierto día Níobe pecó de orgullo al declarase mejor que Leto que tan solo había parido a Artemisa y a Apolo. Leto ofendida pidió venganza, Apolo aseteó con sus flechas a los varones y Artemisa a las doncellas. Algunas versiones dicen que se salvaron una chica y un chico de la matanza, o quizás solo una chica, Cloris. Los cuerpos permanecieron nueve días insepultos, ya que Zeus había transformado en piedras a todos los tebanos, el décimo día los dioses les dieron sepultura. Cierta leyenda cuenta que Níobe regresó a su Sípilo natal donde Zeus la tansformó en piedra, de esa roca surgía un manantial que eran las lagrimas de Niobe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario